domingo, 2 de agosto de 2009

El "sotaque"



Vero: Aloa, bom dia. Tudo bem cm você?

Hola, Buenos dias. Cómo está todo?


X Persona: Oi, tudo. E você?

Hola, todo bien. Y usted?

Vero: Tudo ótimo, obrigada.

Todo chévere, gracias.


X Persona: De onde é?

De donde es?

Vero: Eu sou da Wise Up.

Yo soy de Wise Up (empresa en donde trabajo)


X Persona: Não. De onde É você?

No. De donde es usted?

Vero: Oi, ta. Eu sou da Venezuela.

Ahh, ya. Soy de Venezuela

X Perosna: É que seu sotaque é muito lindo.

Es que su acento es muy lindo.

Es así que comienza mi día de trabajo o cuando me presentan a un grupo persona. Ya no es por los ojos azules, ahora es por el bendito sotaque. Creo que mi nuevo gancho me abrirá muchas puertas y haré nuevos amigos. Sin darme cuenta, tanto en mi nuevo trabajo (por el cual he bajado el ritmo de artículos) como haciendo nuevas amistades soy el centro de atención, como nunca antes. Siempre me preguntan: ¿De dónde eres? ¿Qué haces aquí en Brasil? Y cuando respondo que estoy huyendo de Chávez o que vine a aprender hacer churrasco a balar samba una carcajada envuelve el recinto.

Aunque no es uno de los convencionales artículos que he escrito, quería sólo compartir mi experiencia con mi nueva arma secreta. He estado trabajando desde hace ya tres semanas y no he escrito desde hace más de diez días. Aun me acostumbro a la filosofía “vivir para trabajar”, pues aquí se trabajan de 12 a 14 horas diarias. Así que tanto mi cuerpo como mi mente aun se está adaptando a ese sistema.

En cuanto al sotaque, pues me estoy habituando a eso, también. No es sencillo lidiar (seriamente) con un acento “lindo”, “bonito” o “mono”, en una sociedad – curitibana – súper cerrada a cosas nuevas o a personas nuevas. No sé si me entienden. Es como si un argentino en Venezuela dijera la palabra chévere con acento argentino, o cuando un venezolano en Argentina habla de ché o vos con acento venezolano.

¿Qué si he conocido algún otro criollo en Curitiba? Si. Conocí a una maracucha llamada Vannia quien, a su vez, conoce a una venezolana que tiene más de 20 años viviendo aquí. La comunidad – de venezolanos – no es muy grande, al menos en la región sur; apuesto que es mucho mayor hacia los estados del norte y nordeste de Brasil.

En fin, espero conocer gente de mi tierra en estos próximos meses para así sentirme más en casa y menos como una invitada!