martes, 12 de octubre de 2010

Destellos primaverales... En mi caja de bombones

Curitiba puede ser toda una caja de sorpresas. Esta ciudad, que con frecuencia es lluvioza, nublada y gris, puede ser encaprichada y vanidosa, mostrándole al mundo sus verdaderos colores, aquellos que oculta cuando el sol está escondido.





El sol me regaló un día hermoso, colorido y bastante simpático. La comañía fue totalmente inesperada, pero muy bienvenida. Un amigo holandés que se quedaba por un par de días en Curitiba fue quien me "contrató" para serle su guía en la ciudad de las Araucárias, el arte y la historia.



Este canarito amarillo fue la sorpresa más hermosa que pude tener. A él lo he tenido en mi mente y corazón por varios días y varias noches, por varias horas y varios minutos. Lo llamé con la mente pues no dejaba de pensarlo, hasta que voló hacia la grama y con una vanidad muy espontánea y tierna posó para mi, como si supiera lo mucho que lo quiero, lo deseo y necesito!





Una vez alguien me dijo: "la vida es una caja de bombones, pues nunca sabes lo que te va a tocar". Mi vida se ha convertido, ciertamente, en una caja de bombones, y me los he comido uno a uno, poco a poco. He descubierto sabores deliciosos e inesperados. Y no puedo esperar para saber cuál será el próximo sabor.

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